Los sentimientos no son hechos: Comprender nuestras emociones
Índice
- Razonamiento emocional y pensamiento lógico
- Distorsiones cognitivas y respuestas emocionales
- Verdad objetiva frente a sentimientos subjetivos
- Validar las emociones sin tratarlas como hechos
- Razones para separar los sentimientos de los hechos
- Regulación de las emociones y procesos cognitivos
- Cómo separar los sentimientos de los hechos
- Reflexiones finales
- Preguntas más frecuentes
Puntos clave
Al movernos por los diversos escenarios de la vida, los sentimientos a menudo asumen el control sobre cómo percibimos las situaciones, lo que nos lleva a distintos resultados al impulsar las decisiones que tomamos al respecto.
Sin embargo, aunque a veces resulte intuitivo confiar tanto en las emociones, hay que entender que tales sentimientos no son lo mismo que los hechos. sentimientos no son verdades absolutas sobre una situación o circunstancia concreta, sino perspectivas únicas experimentadas únicamente por uno mismo.
Apreciar este matiz puede conducir a un desarrollo personal significativo, al tiempo que aumenta su cociente de inteligencia emocional, lo que le permite una mayor claridad para alinearse con sus objetivos más queridos.
Razonamiento emocional y pensamiento lógico
A medida que procesamos la información en nuestra vida diaria, nuestros patrones de pensamiento suelen incluir procesos de razonamiento emocional y pensamiento lógico a la vez. El razonamiento emocional describe cómo las personas se forman juicios sobre las experiencias basándose principalmente en cómo se sienten, en lugar de en pruebas objetivas que respalden lo que ocurre a su alrededor.
Por ejemplo, si una persona se siente culpable por una situación concreta -independientemente de si la culpa está justificada o no-, esta emoción puede llevarle por el camino de las percepciones sesgadas, en las que las emociones tienen prioridad sobre la realidad.
El pensamiento lógico funciona de forma diferente a la hora de resolver problemas y tomar decisiones: da prioridad a los datos objetivos que rodean puntos específicos de investigación combinados con argumentos sólidos, establecidos en torno a conclusiones claramente definidas.
En última instancia, este enfoque permite a las personas alejarse de las respuestas emocionales impulsivas cuando se enfrentan a problemas o retos acuciantes y analizar la información de forma objetiva.
Aunque es esencial aprovechar la comprensión de las emociones en los procesos de toma de decisiones mediante técnicas como Ejercicios de madurez de la Inteligencia Emocionales igualmente importante que los individuos diferencien entre los sentimientos emocionales internos y los hechos objetivos.
Al hacer esa distinción con claridad, equiparnos con el conocimiento que nos permite distinguir entre emociones transitorias y objetivos estables se entrecruza la obtención de resultados equilibrados que respetan nuestras dos experiencias a la vez que coordinan resultados alineados que reflejan una visión correcta de la realidad.
Distorsiones cognitivas y respuestas emocionales
Aunque ser emocional no es malo, debemos tener cuidado con nuestras cos sesgos cognitivos son procesos de pensamiento erróneos o demasiado exagerados que tienen el potencial de desencadenar reacciones emocionales increíblemente intensas. Los sesgos cognitivos provocan una percepción distorsionada de la realidad que a menudo eclipsa la verdad subyacente en determinadas situaciones.
Algunos ejemplos de sesgos cognitivos comunes son el pensamiento en blanco y negro, la catastrofización y dejar que las emociones guíen la interpretación de las cosas, lo que se conoce como razonamiento emocional.
Si no se controlan, estos sesgos pueden provocar un aumento de los niveles de ansiedad, que se manifiesta a través de elevados niveles de estrés y síntomas de depresión, incrementando así los riesgos potenciales para la salud.
Un remedio para este problema es adoptar activamente técnicas como la meditación de atención plena o la terapia cognitiva para establecer respuestas emocionalmente inteligentes y desalentar la prevalencia de distorsiones cognitivas en las percepciones brutas.
Verdad objetiva frente a sentimientos subjetivos
Cuando se habla de verdades, hay que reconocer que existen dos tipos diferentes: verdades objetivas y sentimientos subjetivos. Las verdades objetivas se basan en pruebas y principios irrefutables que no se ven afectados por percepciones o emociones personales. Por ejemplo, sabemos que es un hecho que la Tierra gira alrededor del Sol.
En cambio, los sentimientos subjetivos varían mucho en función de las experiencias vitales y las circunstancias del momento, entre otros factores como las creencias o los prejuicios. Se refieren a respuestas emocionales profundamente personales más que a principios universales como verdades objetivas que no cambian con las distintas perspectivas; estas respuestas suelen dar lugar a lo que llamamos "opiniones subjetivas".
Si bien ambas tienen importancia en su lugar único a la hora de influir en cómo comprendemos la realidad de forma adecuada; aun así, confiar demasiado en nuestros propios sentimientos puede dar lugar a que dependamos excesivamente de ellos en lugar de basarnos en hechos reales.
Inteligencia emocional implica reconocer esta distinción entre realidades objetivas y reacciones personales, junto con una conciencia global que puede permitir a una persona tomar mejores decisiones sobre su futuro.
Validar las emociones sin tratarlas como hechos
Nuestro viaje hacia la inteligencia emocional y el autoconocimiento requiere reconocer y validar las emociones que experimentamos. Esto implica reconocer nuestros sentimientos sin juzgarlos ni esperar nada de ellos, reconociendo al mismo tiempo que son respuestas naturales derivadas de experiencias vividas.
Sin embargo, es crucial diferenciar entre afirmar la validez de las emociones y tratarlas como verdades permanentes, ya que las emociones están muy influenciadas por las experiencias vitales individuales, las creencias y las percepciones que guían su naturaleza, con la subjetividad como núcleo.
Su perspectiva de la realidad puede ser incompleta o sesgada; remitiéndonos a un ejemplo en el que la desatención no significa automáticamente que uno esté siendo ignorado, sino que puede provenir de encuentros pasados o de inseguridades que necesitan evaluación.
Crecimiento personal exige practicar el discernimiento a la hora de abordar la validación emocional, creando un espacio para el reconocimiento y cuestionando al mismo tiempo si influencias irracionales como prejuicios o ideas preconcebidas influyen en la precisión de los sentimientos, transmitiendo de forma constructiva pensamientos sobre la mejor manera de abordar emociones complejas.
Al alcanzar este equilibrio, validamos nuestros sentimientos y evitamos que sean los únicos que dicten nuestra forma de entendernos a nosotros mismos y a los demás.
La razón de separar los sentimientos de los hechos
Cuando quieres desarrollar tu inteligencia emocional o mejorar tus procesos de pensamiento crítico, entre algunas de estas áreas de competencia se encuentra la capacidad de diferenciar entre tus emociones y los detalles fácticos.
¿Por qué es tan importante esta área?
Porque las reacciones poderosas, como los sentimientos fuertes de alegría o enfado, pueden influir en tus pensamientos o percepciones sobre las situaciones actuales, llevándote por un camino lleno de imprecisiones, principalmente porque los sentimientos no siempre son un reflejo exacto de la realidad.
Por otro lado, separar tu estado de ánimo de los conjuntos de información almacenada te dará una mayor claridad, resultando en mayores niveles de Sabiduría que te servirán increíblemente bien en las Elecciones de la Vida.
En el caso de que alguien no responda a tu mensaje inmediatamente, puede ser fácil asumir que estás siendo ignorado y que ya no le das valor a su vida.
Sin embargo, estas acciones se basan en un sentimiento de desconfianza más que en la realidad, ya que podrían haber estado relacionadas con otra cosa anteriormente. Diferenciar entre ambas cosas te permite dejar de preocuparte por nada y, al mismo tiempo, disuadir las suposiciones negativas.
Practicar este concepto de separación con regularidad fomenta la conciencia emocional, lo que favorece la autorregulación y genera vínculos interpersonales más sanos, a la vez que nos da la libertad de respetar y honrar nuestras propias emociones. sentimientos interferir con la sabiduría o la lógica.
En última instancia, nos permiten llevar un estilo de vida más equilibrado, atento y orientado a un propósito, que no sólo ayuda a fomentar la paz interior, sino también el crecimiento individual.
Regulación de las emociones y procesos cognitivos
La inteligencia emocional se completa con la habilidad de regular las emociones, que desempeña un papel fundamental en la configuración de los procesos cognitivos de una persona. Identificando, comprendiendo y gestionando las propias respuestas emocionales en diversas situaciones, resulta relativamente más fácil alcanzar con precisión los resultados deseados.
La percepción, la memoria y el razonamiento están estrechamente ligados a las emociones, ya que éstas influyen en los recuerdos al teñir ciertos acontecimientos de mayor importancia o trauma de lo que realmente fueron. Como resultado de estas lentes sesgadas colorean las emociones es fácil que los individuos desarrollen percepciones que les lleven a tomar decisiones impulsivas a través de estados emocionales temporales.
¿Cómo afecta a nuestras relaciones?
Las personas que practican una regulación eficaz de las emociones tienen más posibilidades de mantener la cordura y al mismo tiempo relaciones más sanas de ahí que tomen decisiones con conocimiento de causa, evitando estereotipos cognitivos como el pensamiento en blanco y negro o el desarrollo de argumentos emocionales basados en sentimientos temporales en lugar de en procesos de pensamiento razonados.
Practicar una buena salud mental requiere cultivar habilidades tales como atención plenatomar conciencia de uno mismo y reconocer los desencadenantes emocionales, pero sin dejarse arrastrar por ellos y, por tanto, gestionando sus efectos en el proceso de toma de decisiones vinculado a la cognición del individuo.
Al incorporar la reevaluación cognitiva, las personas pueden reinterpretar las situaciones y sus efectos emocionales, a la vez que mejoran la comunicación eficaz para expresar las emociones de forma saludable y proactiva.
Cómo separar los sentimientos de los hechos
Combinar sentimientos con información objetiva puede hacer que el discernimiento sea todo un reto. Sin embargo, si nos entrenamos intencionadamente para diferenciar entre ambos, es posible lograrlo.
Para ayudarte en tu viaje hacia el refinamiento, consulta estos pasos:
Practicar la atención plena: Una técnica eficaz para lograr una mayor comprensión de nuestra vida emocional consiste en adoptar una actitud que no nos juzgue cuando identificamos nuestros sentimientos. Esta práctica nos resultará muy valiosa porque nos volveremos más expertos a la hora de darnos cuenta de las ocasiones en las que nuestras emociones ejercen poder sobre nuestros procesos de toma de decisiones y patrones de pensamiento. Para mejorar este conjunto de habilidades, te recomiendo que le des a diario de atención plena ya que nos brinda la oportunidad de identificar lo que nos provoca ciertas emociones repetidamente.
Valida tus emociones: Introspeccione y valore sus sentimientos sin reaccionar impulsivamente ante ellos. No olvides que experimentar diversas emociones es propio de la naturaleza humana, pero comprende que esos sentimientos no deben confundirse con la realidad.
Cuestiona tus sentimientos: Es prudente examinar primero la validez de tus emociones antes de emprender cualquier acción. Considere si sus emociones actuales se deben únicamente a la situación que está viviendo o si han sido afectadas por acontecimientos pasados, posibles prejuicios o ansiedades.
Practicar la reevaluación cognitiva: Antes de actuar sobre tu respuesta emocional inicial, tómate un tiempo para reevaluar la situación que la provocó. Intenta verla desde múltiples perspectivas, identificando los posibles aspectos positivos o reflexionando sobre cómo has crecido a raíz de la experiencia.
Busca perspectivas externas: Considere la posibilidad de confiar sus pensamientos y sentimientos a un amigo de confianza o de contratar a un asesor profesional. Sus comentarios imparciales pueden ayudarte a distinguir entre las emociones y los hechos.
Saber diferenciar entre las emociones personales y los datos objetivos es una habilidad esencial que requiere un entrenamiento constante para llegar a dominarla con destreza. Es comprensible que al principio le cueste un poco, así que trátese bien.
Una dedicación constante a la superación personal mejorará con el tiempo tu capacidad para separar estos dos elementos.
Reflexiones finales
Emprender el viaje del autodescubrimiento requiere que comprendamos las discrepancias entre los sentimientos y la información objetiva, un paso crucial hacia el desarrollo personal. Es fundamental recordar que, aunque las emociones son reales y válidas, no siempre transmiten la realidad con exactitud.
Estas experiencias subjetivas se ven influidas por factores como el sesgo de perspectiva o las cogniciones pasadas, lo que influye sustancialmente en los pensamientos, los comportamientos y las relaciones, por lo que es necesario gestionarlas para que no afecten negativamente a nuestras percepciones.
En Life Architekturereconocemos el poder de la inteligencia emocional y el pensamiento crítico a la hora de navegar por las complejidades de la psique de un individuo, por lo que ofrecemos programas personalizados de coaching para la vida, que ayudan a obtener información para gestionar los sentimientos de forma eficaz, al tiempo que se separan de las realidades objetivas.