Recupera tu poder: 10 maneras de volver a sentir que tienes el control

¿Alguna vez has sentido que observas cómo transcurre tu vida desde la barrera, como si no tuvieras el control? Recuperar el poder significa asumir la responsabilidad de tus actos, sentimientos y, en definitiva, del rumbo de tu vida.

Este viaje consiste en empoderarte para tomar decisiones que estén en consonancia con tus valores y aspiraciones. Tanto si has perdido tu sentido del poder debido a un trauma pasado, a una relación difícil o simplemente al ajetreo de la vida diaria, recuperarlo empieza con la decisión de dejar de desempeñar un papel pasivo en tu propia historia.

10 maneras de recuperar tu poder y tu vida

1. Recupera tu rutina matutina

La forma de empezar el día suele marcar la pauta del resto. Tomar el control de tus mañanas es una forma estupenda de recuperar tu poder desde el principio. Desglosémoslo:

• Despiértate a tu manera: En lugar de despertarte con la alarma y consultar inmediatamente el correo electrónico o las redes sociales, prueba a despertarte con sonidos agradables y permítete un momento para estirarte y despertarte tranquilamente.
• El silencio es oro: Pasa los primeros minutos en silencio, meditando o simplemente sentado con tus pensamientos. Esto te ayuda a poner los pies en la tierra y te sitúa en el asiento del conductor de tu mente.
• Rituales fortalecedores: Incluye una actividad que te haga sentir bien: escribir un diario, hacer ejercicio rápido, leer o incluso regar las plantas. Será un recordatorio diario de que tienes el control y eres capaz de realizar acciones positivas.
• Planifica tu día: Dedica unos minutos a priorizar las tareas del día. Saber lo que tienes por delante te da una sensación de control y te ayuda a reducir la ansiedad ante lo desconocido.

"El mayor descubrimiento de cualquier generación es que un ser humano puede alterar su vida modificando su actitud". - Psicólogo y escritor William James

2. Establecer límites, no muros

Los límites son esenciales para mantener tu poder y tu espacio personal, pero hay una delgada línea entre establecer límites saludables y construir muros que impidan el paso a todo el mundo, incluidas las oportunidades de crecimiento y conexión. Es una cuestión de equilibrio. Tienes que proteger tu energía sin aislarte de experiencias y relaciones significativas. He aquí cómo hacerlo:

• Identifica tus límites: Reflexiona sobre lo que te hace sentir incómodo o agotado y reconoce que son tus límites. Pueden ser determinados comportamientos de los demás, el estrés laboral o situaciones sociales concretas.
• Comunícate con claridad: Una vez que conozcas tus límites, comunícalos con firmeza pero con amabilidad. No se trata de exigir, sino de expresar tus necesidades con respeto.
• Mantente firme: Al principio puede parecer difícil, sobre todo si no estás acostumbrado a hacerte valer, pero mantener tus límites es crucial para tu bienestar. Recuerda que no pasa nada por decir que no.
• Sé flexible cuando sea necesario: Aunque algunos límites no deben ser negociables, otros pueden ser flexibles. Ser rígido en todo puede conducir a la soledad y a perder oportunidades de vivir experiencias enriquecedoras.

"Atreverse a poner límites es tener el valor de querernos a nosotros mismos, incluso cuando corremos el riesgo de decepcionar a los demás". - Brené Brown, autora e investigadora

3. Desactivar el modo de piloto automático

¿Alguna vez has vuelto a casa y te has dado cuenta de que no recuerdas el viaje? Eso es el modo de piloto automático: ir por la vida sin estar realmente presente. Esto significa que nos perdemos la riqueza de nuestras experiencias, dejando que los días, o incluso los años, pasen desapercibidos. A continuación te explicamos cómo darle al interruptor y comprometerte más con tu vida:

• Momentos de atención plena: Haz un esfuerzo consciente por estar presente en lo que estés haciendo, aunque sea algo tan sencillo como fregar los platos. Observa la temperatura del agua, el aroma del jabón y la sensación de los platos en tus manos.
• Cambia tu rutina: A veces utilizamos el piloto automático porque estamos atrapados en la rutina. Prueba a tomar un camino diferente para ir al trabajo, experimenta con nuevas recetas o inicia una afición. La novedad obliga al cerebro a despertar y prestar atención.
• Desintoxícate digitalmente: Nuestros dispositivos a menudo hacen que sea demasiado fácil desconectar de la realidad. Dedica un tiempo al día a desconectar de las pantallas y reconectar con el mundo que te rodea.
• Practica la gratitud: Al final de cada día, reflexiona sobre tres cosas por las que estás agradecido. Este hábito fomenta una mentalidad positiva y te mantiene anclado en el presente.

4. El poder de decir no

Algo tan sencillo como decir que no puede afectar significativamente a su sentido de la autonomía. Sin embargo, a muchos nos cuesta, preocupados por disgustar a los demás o por perdernos algo. Sin embargo, es clave para establecer prioridades y respetar tus límites.

• Conserva tu energía: Esforzarse demasiado lleva al agotamiento. Decir que no te permite conservar energía para las actividades que realmente te importan.
• Aumenta tu autoestima: Cuando respetas tus necesidades y límites, afirmas tu valor. Esto fomenta el respeto por uno mismo y enseña a los demás a respetarte también.
• Crea espacio para el sí: Rechazar lo que no se ajusta a tus prioridades crea espacio para las oportunidades que sí lo hacen. Puedes centrarte en lo que te entusiasma y se ajusta a tus objetivos.
• Mejora tu toma de decisiones: Cada no es una elección que aclara lo que es importante para ti, haciendo que las decisiones futuras sean más fáciles y estén más alineadas con tus valores.

"La diferencia entre la gente de éxito y la gente realmente exitosa es que la gente realmente exitosa dice no a casi todo". - Warren Buffett

5. Desconectar para conectarse a la vida real

En un mundo en el que la conexión digital está siempre al alcance de la mano, es fácil olvidar el valor de las interacciones en la vida real. La conectividad constante puede hacerte sentir que pierdes el control del momento presente y de las relaciones significativas. A continuación te explicamos cómo desconectar puede ayudarte a volver a conectar con el mundo real:

• Establece límites tecnológicos: Asigna momentos específicos del día para consultar el correo electrónico y las redes sociales, y cíñete a ellos. Esto ayuda a reducir la necesidad compulsiva de estar conectado.
• Busca actividades sin tecnología: Participa en actividades que no requieran un dispositivo digital, como leer un libro, dar un paseo o... probar un nuevo hobby. Te recordará que hay un mundo más allá de las pantallas.
• Fortalecer las relaciones: Utiliza el tiempo que normalmente pasarías al teléfono para conectar cara a cara con amigos y familiares. Las interacciones personales son cruciales para construir relaciones más sólidas y satisfactorias.
• Reconecta contigo mismo: Pasa tiempo a solas sin distracciones digitales. Puede ser una poderosa herramienta de autorreflexión y redescubrimiento.

Desconectar de la tecnología para volver a conectar con el mundo que te rodea no significa que tengas que desconectarte. Se trata de encontrar el equilibrio y tomar decisiones conscientes para comprometerte con la vida, las personas y las actividades que enriquecen tu existencia.

6. Aléjate de los vampiros energéticos

Todos conocemos a personas que parecen drenar nuestra energía en cuanto entran en la habitación. Son los quejosos, los pesimistas, los que siempre tienen un problema para cada solución. Son los llamados vampiros de energíay mantenerse alejado de ellos es crucial para recuperar el poder. He aquí cómo puedes proteger tu energía:

• Reconoce las señales: Sé consciente de cómo te sientes con otras personas. Los vampiros de energía a menudo te dejan emocionalmente exhausto y negativo.
• Establece límites emocionales: No tienes por qué absorber los problemas de todo el mundo. Está bien empatizar sin cargar con el bagaje emocional de otra persona.
• Elige bien tu empresa: Pasa más tiempo con quienes te animan y comparten tus aspiraciones. Las relaciones positivas favorecen tu crecimiento y bienestar.
• No temas alejarte: A veces, la mejor opción es distanciarse de quienes agotan constantemente tu energía.. No es egoísmo, es autocuidado.

7. Cultivar la gratitud, no las quejas

Es fácil centrarse en lo que está mal en nuestras vidas, en lo que nos falta o en los recuerdos que nos atormentan. Pero pensar en los agravios sólo les da poder sobre nosotros y nos roba la capacidad de disfrutar del presente. En cambio, cultivar la gratitud puede transformar nuestra perspectiva y ayudarnos a recuperar nuestro poder. Practicar la gratitud es más sencillo de lo que crees:

• Lleva un diario de gratitud: Escribe cada día tres cosas por las que estés agradecido. Puede ser algo tan sencillo como un día soleado o una buena taza de café. Este hábito desplaza tu atención hacia lo positivo.
• Expresa tu agradecimiento: Propóngase dar las gracias a alguien cada día, ya sea por algo grande o pequeño. Compartir la gratitud fortalece las relaciones y difunde la positividad.
• Encuentra el lado positivo: Los retos forman parte de la vida, pero suele haber una lección o una bendición oculta. Búscala y empezarás a ver los obstáculos con otros ojos.
• Practica la atención plena: Estar presente te permite apreciar el momento. La atención plena regular puede aumentar tu conciencia de las bendiciones de la vida.

Investigaciones de UCLA Health demuestran que la gratitud ayuda a mejorar la salud mental y también mejora nuestras relaciones y nuestro bienestar general. Al centrarte en la gratitud, estás eligiendo ver la riqueza de tu vida, recuperando tu poder para sentirte bien donde estás ahora mismo.

8. Practica la autorreflexión

La autorreflexión es otra herramienta para entenderte a ti mismo, reconocer tus puntos fuertes y débiles y, en definitiva, tomar las riendas de tu vida. Se trata de mirar hacia dentro para evaluar dónde estásdónde estás, dónde has estado y adónde quieres ir.

• Lleva un diario: Escribir tus pensamientos y sentimientos puede ayudarte a entenderlos con más claridad y a detectar patrones a lo largo del tiempo.
• Reserva tiempo para reflexionar: Dedica unos minutos al día a sentarte en silencio y reflexionar sobre tu día, tus reacciones y tu progreso hacia tus objetivos.
• Hazte preguntas desafiantes: Profundiza con preguntas como "¿Qué he hecho bien hoy?" o "¿Qué podría haber hecho diferente?" Esto puede revelar información sobre tus hábitos y comportamientos.
• Busca feedback: A veces, una perspectiva externa puede poner de relieve cosas que tú no ves. Pide a tus amigos o mentores de confianza que te den una opinión sincera sobre tu comportamiento y tus decisiones.

9. 9. Busca el crecimiento, no la comodidad

Está en la naturaleza humana buscar la comodidad y evitar el dolor, pero el crecimiento a menudo requiere salir de nuestra zona de confort. Cuando persigues el crecimiento por encima de la comodidad, te abres a nuevas experiencias, al aprendizaje y a la profunda satisfacción que produce superar los retos.

• Acepta las nuevas experiencias: Pruebe algo nuevo cada mes, ya sea una clase, una afición o un destino turístico. Las nuevas experiencias fomentan el crecimiento y la resiliencia.
• Fíjate objetivos ambiciosos: Los objetivos que superan tus límites tienen más probabilidades de conducir a un desarrollo personal significativo. Asegúrate de que son desafiantes pero alcanzables.
• Aprende continuamente: Adopte un mentalidad de aprendizaje permanente. Lee, escucha podcasts, asiste a talleres... cualquier cosa que alimente tu curiosidad y amplíe tu comprensión del mundo.
• Afronta tus miedos: Crecer a menudo significa hacer cosas a pesar de tener miedo. Si te enfrentas a tus miedos, descubrirás nuevos puntos fuertes y aumentarás la confianza en ti mismo.

10. Crear un plan de regreso

Todo el mundo se enfrenta a reveses y fracasos, pero no todo el mundo sabe cómo recuperarse. Crear un plan de vuelta a la normalidad consiste en llevar a cabo la recuperación en tus propios términos. Es una hoja de ruta desde donde estás ahora hasta donde quieres estar, recuperando tu poder por el camino.

• Define tu visión: Define claramente qué significa para ti recuperar tu poder. ¿Qué objetivos quieres alcanzar? ¿Cómo quieres sentirte?
• Identifica los obstáculos: Entiende qué te desvió del camino en primer lugar. Reconocer estos obstáculos es el primer paso para superarlos.
• Esboza pasos factibles: Desglosa tus objetivos en acciones manejables. Concéntrate en lo que puedes empezar a hacer hoy para acercarte a tu visión.
• Busca apoyo: Reúne una red de apoyo formada por amigos, familiares o un entrenador que pueda ofrecerte ánimo y responsabilidad.

Reflexiones finales

Recuperar el poder no es cosa de una sola vez, sino un proceso continuo de autodescubrimiento, establecimiento de límites y crecimiento. Requiere valor, compromiso y compasión por uno mismo. A lo largo de este viaje, recuerda celebrar tus victorias, aprender de los reveses y mantenerte fiel a tus valores y a tu visión.

Preguntas más frecuentes